La estructura sociopolítica del pueblo Cocama responde a un complejo sistema de organización jerárquico, repartido en linajes patrilineales
Su organización básica son los clanes patrilineales o "sangres". Usan una terminología de parentesco del tipo iroqués, con matrimonio entre primos cruzados bilaterales, que implica intercambio simétrico entre dos clanes.
Los Cocama llegaron al alto Amazonas como parte de los Omagua, de lengua Tupí, que dominaban en el siglo XVI la navegación y el comercio por el gran río. Al principio se aliaron con los misioneros españoles pero en 1662 se rebelaron, siendo derrotados en 1666. Sufrieron varias epidemias, así como el reclutamiento forzado en las tropas españolas.
Desde 1853 fueron enganchados como mano de obra en las haciendas de los colonos del Huallaga y luego sufrieron los efectos de la explotación del caucho en la región. A finales del siglo era común encontrar a Cocama como obreros o jornaleros.
Muy poco hablada en la actualidad, pertenece a la familia lingüística Tupí Guaraní.
Su población se estima en 792 personas. La mayor parte de la población de este grupo étnico vive actualmente en Perú y Brasil.
Los Cocama viven cerca de Leticia en San José del Río e Isla de Ronda, en Puerto Nariño, departamento del Amazonas, en el resguardo del mismo nombre y a lo largo del bajo río Putumayo en pequeños asentamientos. Comparten el territorio con los Tikuna y con los Yagua. Una reducida población vive en los resguardos de Las Playas y San José del Río, en el municipio de Leticia, departamento del Amazonas.
La economía está sustentada en la horticultura, anotando que en toda la región del Amazonas se carece de modelos de desarrollo adecuados al contexto sociocultural. Los cultivos siguen el esquema de roza, quema y siembra, en áreas donde predomina la siembra de yuca, ñame, chontaduro, banano, ají, caimo, aguacate, piña, papaya, calabaza, lulo, marañón. Se complementa con actividades de caza, pesca y recolección de frutos silvestres.
Cultura Cocama
Al igual que otros grupos étnicos, los cocama se encuentran hoy frente a un proceso de transformación y adaptación cultural en el cual han tomado elementos de la tradición occidental y judeo-cristiana, como las prácticas funerarias ahora realizadas en cementerios católicos.
Dentro de su cosmovisión “Maisangara“ es el espíritu original del cual descendieron. La práctica de la brujería, hace parte importante de sus mecanismos de resolución de conflictos y los caracteriza frente a otros grupos indígenas. Tienen varios especialistas mágico-religiosos entre los cuales se destacan el Chamán y el Curandero. Para la curación utilizan hojas de tabaco, hojas de palma, creolina, alcanfor y agua florida.
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