En la Plaza Botero o Plaza de las Esculturas, se exhiben de manera permanente en el espacio público, 23 esculturas monumentales de bronce
En la Plaza Botero o Plaza de las Esculturas, se exhiben de manera permanente en el espacio público, 23 esculturas monumentales de bronce realizadas por Fernando Botero, convierten el espacio en el más bello de los museos al aire libre.
Recibió el premio Atila, que otorgó la revista Documentos de Arquitectura Nacional y Americana (Dana), de Argentina, y dio como ganadores de su Premio Atila 2003 al alcalde de Medellín, Luis Pérez, y al ex director de patrimonio del Ministerio de Cultura, Konrad Brunner.
Av. Carabobo, frente de la fachada principal del Museo de Antioquia.
Tiene un área de 7.500 metros cuadrados
Puedes ir desde la mañana con una hora límite recomendada de 7pm
En Medellín, los veranos son caliente, los inviernos son cómodos y está mojado y nublado todo el año. Durante el transcurso del año, la temperatura generalmente varía de 16 °C a 26 °C
Esculturas: Esculturas como la mujer con fruta, maternidad, hombre a caballo, hombre vestido, perro, gato o soldado romano, son una muestra de la universalidad monumental del maestro que le da a Medellín un sello de exclusividad difícil de ostentar. Es un museo al aire libre, que muestra su perfección en 23 esculturas de bronce, rodeadas de palmeras que hacen perfecto juego con el azul del cielo y las ropas multicolores de los turistas de todas partes del mundo que visitan este lugar para encontrar algo nuevo entre tanto edificio y el tráfico de la ciudad.
Arte de Botero: se encuentran expuestas esculturas de su pintor más reconocido a nivel internacional, Fernando Botero, quien se caracteriza por pintar y hacer esculturas agregándole un aspecto mas "voluminoso" de lo usual. Para muchas personas, Botero es el que "pinta gente gorda", pero para el pintor, agregarle un aspecto más "voluminoso", como él prefiere llamarlo, implica añadirle belleza estética a sus obras y esto ha sido un sello distintivo.
Contar la historia de la Plaza Botero es narrar la transformación más importante que ha vivido el Museo de Antioquia. Su construcción fue posible gracias a la gran donación hecha por Fernando Botero, quien le había obsequiado al Museo pinturas y esculturas en las décadas del 70 y el 80, pero las obras ofrecidas a final de los años 90 hicieron necesaria una renovación total.
Para 1997, el Museo de Antioquia tenía un costo de funcionamiento de 400 millones de pesos anuales y una deuda de 500 millones. Su edificio sede para esa época, hoy transformado en la Casa del Encuentro, recibía pocas visitas, y después de que la Constitución de 1991 suprimiera todo tipo de auxilios a instituciones privadas, el panorama de supervivencia no era el mejor.
En medio de ese ambiente, Pilar Velilla llegó como directora al Museo de Antioquia. Pocos días después de su ingreso, y conociendo la promesa que había hecho Fernando Botero de realizar una donación si la entidad crecía, lo contactó telefónicamente. Era la oportunidad de rescatar la institución. La palabra de Botero seguía en pie. El Museo debía crecer. Y había que buscar apoyo.
La noche en que las esculturas llegaron a la Plaza, Fernando Botero arribó allí en compañía de Pilar Velilla. Los guacales donde venían las obras, es decir, las cajas en las que se guardan, eran abiertos con cautela por el personal de montaje que estaba a cargo, esto como parte de un procedimiento de rutina que se realiza con exposiciones de arte, pues las obras deben ser empacadas en esas mismas cajas para que continúen su itinerancia. Pero cuando Botero llegó a la Plaza dio una orden: “Destruyan los guacales que estas obras llegaron para quedarse”.
El 15 de octubre de 2000 se dio apertura a la nueva sede, donde se exponen las obras donadas por Botero, entre las que se encuentran sus propios trabajos y el de grandes nombres internacionales del arte. El Museo renovó toda su estructura administrativa y definió una vocación educativa, siendo la más grande transformación de la entidad en su historia.
La primera etapa de la Plaza Botero fue inaugurada en el año 2000, y la inauguración completa se dio en 2001, con 23 piezas monumentales que hoy en día son un referente de la ciudad.
Caminata | Fotografía
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