La reserva en el Caquetá que recupera orquídeas que ni la ciencia conocía

En las afueras de Florencia, Caquetá, una asociación de campesinos e indígenas que vive en la reserva El Manantial desarrolla un proyecto de ciencia ciudadana

Mary Polanía es una docente que vive que vive en la reserva El Manantial, cerca de Florencia, en el departamento del Caquetá. Desde hace más o menos 25 años, diez familias de campesinos e indígenas llegaron a ese lugar, donde formaron un asentamiento informal. Después de un tiempo, compraron la tierra y se ubicaron en varias parcelas, dándole como nombre al lugar reserva Uruki-El Manantial, por los 37 nacimientos de agua que hay.

Allí, junto a las otras familias, desarrolla un proyecto de conservación de orquídeas de la reserva y otras zonas rurales del departamento. En el espacio de cuarenta hectáreas, las familias han construido un vivero en donde tienen varias especies de orquídeas y estaciones en donde esperan enseñar a turistas que los visiten sobre los cultivos. El auge de las orquídeas, como lo llama Mary, ha llegado a muchos habitantes de la zona y ha hecho que los miembros de la reserva natural se interesen más por conservar y reforestar el área. Este proyecto comunitario se llama “Orquídeas para la Paz” y nació de una idea que en 2017 tuvo Tatiana Arias, botánica especializada en la investigación de orquídeas neotropicales en los jardines botánicos Marie Selby, de Sarasota, Florida.

Ese año, después de haberse hospedado en la casa de Polanía algunas veces, Arias se fijó en el vivero que tenía varias especies de orquídeas. La misma Polanía solo se percató de esto en ese mismo año, cuando otro profesional especializado en plantas se sorprendió por la diversidad de orquídeas nativas del Amazonas que había en su casa. En aquella época, la imagen que tenía de las orquídeas era la de la Cattleya, el tipo de planta entre lila y rosado, que suele ser la más comercial y visible. “No sabía que todas las maticas que yo había recogido y tenía en mi casa eran orquídeas y fue muy bonito darme cuenta de que siempre estuvieron a mi alrededor”, dice la docente.

La región del Caquetá despertó el interés de Arias para realizar allí el proyecto. “Para ser una zona tan biodiversa, había muy pocas especies de orquídeas reportadas, en varias listas que consulté había únicamente unas ochenta especies. A mí eso se me hacía raro y pensé que había mucho más por explorar”, explica. Después de todo, el departamento no fue explorado durante muchos años por la presencia de grupos armados. Según la Fundación Ideas para la Paz, el Caquetá fue históricamente un bastión militar y político de la exguerrilla de las Farc y por eso hubo una presencia constante de conflicto.

Además de esto, a la botánica también le llamó la atención que el Caquetá es un ecotono; es decir, una zona de transición entre dos ecosistemas: la Amazonia y los Andes. “Aunque siempre se ha dicho que en la Amazonia no hay tanta diversidad de orquídeas, mientras que los Andes son un punto caliente de biodiversidad, a mí todavía me quedan dudas. Es muy extraño que, siendo los trópicos tan diversos, haya habido tan pocas especies exploradas. Yo pensé entonces que probablemente no estamos explorando mucha biodiversidad de lo que podríamos conocer”, cuenta la botánica.

Con esta intuición en mente, Arias aplicó al programa “Ideas para el Cambio”, del Ministerio de Ciencia, proyecto dirigido a apoyar soluciones innovadoras que contribuyan a resolver problemas de comunidades vulnerables de Colombia desde la ciencia y la tecnología. El objetivo de la iniciativa es convertir la reserva El Manantial en un piloto de conservación comunitaria en torno a las orquídeas. Polanía lo resume así: “La idea fue capacitarnos más con las orquídeas, repoblar nuevamente las zonas rurales cercanas, empezando por El Manantial y utilizar las riquezas naturales que tenemos para llamar la atención de turistas”. (También puede leer: Los retos ambientales del próximo gobierno)

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